195 expertos, compañías y organizaciones de 42 países piden a los líderes mundiales que apoyen el cifrado robusto
Washington D. C. (11 de enero, 2016) – Hoy, Críptica se ha sumado a la
larga lista de 194 expertos, compañías y organizaciones de más de 35
países, pidiendo a los líderes mundiales que apoyen el cifrado y
rechacen frontalmente cualquier tipo de ley, política, iniciativa o
mandato que pudiera debilitar la seguridad digital. La carta es de
acceso público y se encuentra disponible en
https://www.SecureTheInternet.org.
En Francia, la India, Reino Unido, China, Estados Unidos y otros muchos
países, los gobiernos están planteándose aplicar políticas que
comportarían el debilitamiento del cifrado. No obstante, la seguridad y
la privacidad en línea dependen precisamente de herramientas y
tecnologías seguras. Esta carta representa la voz colectiva de expertos
en tecnología, compañías y organizaciones que utilizan el cifrado.
“Internet pertenece a los ciudadanos de alrededor del mundo, no a sus
gobernantes. Rechazamos que este precioso recurso sea nacionalizado o
quebrado por ningún país. Esta carta pretende unificar las voces de los
usuarios globales de Internet exigiendo la protección de las
herramientas necesarias para expresar nuestros Derechos Humanos en
línea”, dijo Brett Solomon, director ejecutivo de Access Now.
La carta, impulsada por Access Now junto con docenas de organizaciones
incluyendo Críptica y la Electronic Frontier Foundation, permite que las
organizaciones e individuos declaren su apoyo al cifrado. La carta será
enviada a los líderes mundiales que, según la prensa, están planteándose
medidas políticas que atentan contra el cifrado.
“El cifrado y el anonimato, y los conceptos de seguridad que hay detrás
de ellos, proveen de la privacidad y la seguridad necesarios para el
ejercicio del derecho a la libertad de opinión y de expresión en la era
digital”, dijo David Kaye, Relator de Naciones Unidas por la Libertad de
Opinión y Expresión.
Diferentes países están considerando propuestas que requerirían a las
compañías proveer de acceso excepcional a material cifrado. Esto crearía
una “puerta trasera” para permitir el acceso a cualquier tipo de
documento cifrado, incluyendo conversaciones personales, historial
médico y datos bancarios.
“Todas las comunicaciones han sido y son por naturaleza confidenciales
entre las partes que entienden el lenguaje mediante el cual se
comunican: el código. ¿Desde cuándo hemos decidido que todas las
conversaciones deberían poder ser escuchadas o leídas por terceros? ¿Por
qué no obligar entonces a que todas las conversaciones orales se
desarrollen por encima de determinados decibelios?” – Profesor KS Park,
Open Net.
“Un estudio del CIHR para la World Wide Web Foundation, que será
publicado próximamente, comprobó que Estados de todo el mundo, de todos
los tipos, han adoptado o están adoptando leyes que obligan a introducir
“puertas traseras” secretas dentro del Internet global y de la
infraestructura digital de las comunicaciones. Estados Unidos y otros
países occidentales empezaron esta “carrera armamentística” para acabar
con la seguridad. Ellos podrían haber encendido la mecha que supondría
el fin del Internet libre. Debemos reforzar la ley internacional y la
gobernabilidad de Internet para parar esta ofensiva – más que apoyar la
pérdida de la seguridad digital global”, dijo Douwe Korff, profesor
emérito de Derecho Internacional de la London Metropolitan University.
“Las leyes para debilitar el cifrado no detendrán a los terroristas o a
otros criminales a la hora de usar criptografía; lo que sí que harán es
que el resto del mundo esté menos seguro en Internet. La seguridad, la
privacidad y el anonimato son los componentes esenciales de la libertad
de expresión para todo el mundo, indistintamente de su lugar de
residencia o nacimiento, y la tecnología que permite es nuestra llave
para un futuro digital seguro. El cifrado no es un arma; es un escudo
que protege nuestra economía, nuestras infraestructuras críticas y
nuestra sociedad”, dijo Katie Moussouris de HackerOne.
“El cifrado es lo que hace que Internet funcione – es la razón por la
cual podemos comprar, hacer transacciones financieras y compartir
contenido en línea con unas personas y no con otras. Es así de simple.
Debilitar el cifrado es la amenaza a la seguridad nacional por
excelencia, al exponer nuestra infraestructura crítica, mercados
financieros, propiedad intelectual y datos personales a atacantes de
todo el mundo. Es obligatorio que mantengamos la integridad del cifrado,
y no permitir que tertulianos mal informados y políticos oportunistas
nos lleven a un desastre en materia de seguridad”, dijo Meredith
Whittaker, fundadora de Simply Secure.
“Una amenaza a los derechos digitales en cualquier sitio es una amenaza
para los derechos digitales en todos lados. Esto se está haciendo más
evidente desde el momento en que contemplamos iniciativas legislativas
en un determinado número de países que debilitarían los estándares de
seguridad para personas de todo el mundo”, dijo Birgitta Jónsdóttir,
miembro del Parlamento Islandés.
“El cifrado es una de las herramientas más fuertes que tenemos para
proteger a los usuarios en un mundo cada vez más digitalizado. No existe
una panacea para eliminar el crimen en línea, pero debilitar la
seguridad de los usuarios es claramente un paso en la dirección
opuesta”, dijo Rebecca MacKinnon, directora de Ranking Digital Rights.
“Recientemente, se encontró una puerta trasera en Juniper – un producto
utilizado por el gobierno estadounidense para proveer de acceso remoto a
los ordenadores de sus empleados. Una vez la brecha fue anunciada, fue
descubierta por hackers al cabo de siete horas. Forzar a las compañías a
construir puertas traseras en sus productos coloca dianas en las
espaldas tanto de las compañías como de sus usuarios”, dijo Bruce
Schneier, experto en seguridad.
“El cifrado es esencial para la protección de la privacidad, y la
privacidad es una condición básica para que pueda existir el derecho a
la libertad de expresión. No podemos pretender la protección de la
seguridad nacional abandonando nuestros principios democráticos, porque
entonces perderemos ambas, seguridad y democracia”, dijo Frank La Rue,
antiguo Relator de Naciones Unidas para la Promoción del Derecho a la
Libertad de Opinión y de Expresión.

